"...Sé de tus labios blandos...
Sé del pensar solemne de tu respiración
y de la tibia caricia solar bajo tus dedos
..."

"Sin título"

Alfred Sinclair



 

 


Reseña biográfica

Poeta mexicano nacido en Ocosingo, Chiapas en 1950.
Estudió psicología e inició su  trayectoria literaria en 1982 con la publicación de «Ojo de jaguar».
Posteriormente publicó «Ciudad bajo el relámpago» en 1983, «Música solar» en 1984, «Cuadernos contra el ángel»
en 1987, «Mínima animalia» en 1991, «Cantos para la joven concubina y otros poemas dispersos» en 1991,
«Cirio para Roberto» en 1993, la edición trilingüe de «Ala del sur» en 1993 y «Partes un verso a la mitad y sangra»
en 1997.
Gracias a su gran vitalidad poética y a su labor creativa,  ha recibido importantes premios literarios entre los que
se cuentan  el Premio Nacional de Poesía Aguscalientes  en 1984, el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen
en 1993 y el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines en 1996. ©

 



A la orilla del sueño algo de mí despierta...

Canto en voz baja

Cantos para una joven concubina

Cartas desde Bonampak

Cielo y tierra           

Círculo de calma

Como una lenta piedra

Desde el más personal de todos los silencios...

Después te dormirás...

El regreso

Elegía frente al río

Eres de agua...

Este cuaderno pesa...

Fin de fiesta

Fuego en voz alta para encender la primavera

Inundación           

Mujer

Nacimiento del potro

Pasan los días...

Pero yaces ahí...

Quema    Pulsa    Tiembla...

Si tuvieras un amigo...

Te contemplo desnuda...

Tú me conoces ya como la palma de la mano...

Uno ama          Es amado...

Visión superficial de los escombros

Yo te beso...


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Poesía sensual


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A la orilla del sueño algo de mí despierta...

A la orilla del sueño algo de mí despierta
Brasas que miran la otra parte que
como siempre
                          duerme

Hay una barca que se abre ante el mar como una espera
Hay una vertical sombra sin rostro que me invita a subir
A irme de viaje por estas aguas turbias
en estas horas que alzan su ramazón
su tallo oscuro
en el tiempo que crece antes del alba

Hora de gallos asustados
que concentran pavor bajo sus alas
Estancias tibias en donde irrumpe el frío
como un silbido de cristal

Alza su pecho gris la incertidumbre
Entra mi pie en la barca
Despierta la otra parte de mí
                                                  que siempre duerme
y unta un frío sudor sobre mi frente

Enciendo luz
                      Salto fuera del sueño

Tiemblo.

"Música solar" 1984

 

 

Canto en voz baja
 
                                                 "Triunfará del olvido tu hermosura"
                                                                             Francisco de Quevedo


Éste es un canto para ti
Entero como el aire que pasa y acaricia las flores del durazno
Feliz como una noche total
Dulce como los niños que se enamoran de su maestra
y no saben decir dónde les duele                   y lloran

Éste es el canto de tu cabello largo como la tarde
Arroyo donde el sol se sumerge
Agua donde mis dedos arden como peces
Red que sale del mar cargada de colores
Arena fina entre mis manos

Éste es el canto de tu mirada que hace danzar los árboles
Que hace hermosos a los perros y al aire triste de la ciudad
y a la ciudad y sus muertes innumerables

Canto a tu mirada                Refugio de la luz
casa del día como quien canta las pozas bajo la espesura
                                                                           de los bosques
Canto la frescura y el brillo
la calma y la tentación del hundimiento

Este es un río que de golpe avanza
y se transforma en viento sobre los pastizales
y se hace luz sobre el espacio azul.

Canto tus labios que tienen el grosor de la dicha
y se encienden como mínimos astros
en el instante en que los rosa         levísima         el ala del deseo

Canto tu lengua frutal
que deja reposar su tacto sobre los labios rojos
que se posa en los dientes y los envuelve y acaricia y enloquece
y los hace morder
                                 raíz oscura
                                                        la pulpa del deseo

Canto tu talle besado por el día
Luminoso tobogán que va de la razón hasta el delirio

Canto tu grupa tensa de potranca
Viva como el trino de todos los pájaros del mundo
Tus ancas plenas como sandías
jugosas y mordibles como manzanas madurísimas bajo
                                                                                   el ocio del sol
Nido de mis manos hechas palomas tibias
Libro en que se lee la historia verdadera del hombre
De los hombres

Tus nalgas pesan en mis muslos con la densidad de la tibieza
Se mueven con un sentido exacto de rotación
Duermen junto a mí por el tiempo necesario
Y no se sacian nunca
Y no me sacian nunca

Canto tus rodillas vivas            relucientes
Tus muslos tersos y fragantes como el interior de un mango
Tus pies tibios y dulces                 suaves y delicados
amorosos y tiernos como la mirada del huérfano

Canto tus pechos que se levantan de la blancura total
Tus pechos y su redondez total
Tus pechos y su aureola perfectísima
impresionable como la planta sensitiva al soplo      al toque
                                                                                         mínimo

Canto tus pezones
Canto el color de tus pezones
Canto el color de tabaco en tus pezones

Éste es          en fin          el río que gota a gota te construyo

He querido cantar sobre el papel como sobre tu cuerpo

He quedado rendido
Lacio y fatigado como los días después del temporal

Déjame descansar junto a tu cuerpo
Sobre tu vientre

Arrópame.

"Música solar" 1984

 

                                                                                                                                                                                                

Cantos para una joven concubina

Son tres
Están juntas
Presentes en una
La Negra
                   La Blanca
                                          La Roja:
LA LUNA


Para mi joven concubina
La Hechicera
esta lenta madrugada que se alarga
en el canto quebradizo del gallo
esta luna creciente cuya punta filosa
ha comenzado a desgarrar la cuajada negrura:
una brillante sangre empezará a fluir

Para mi joven concubina
este pequeño montón tibio:
ceniza del insomnio
y este hueco: mi costillar vació
donde golpea mi corazón
con un sonido que se apaga
poco a poco
en la noche

*

Pequeña concubina:
no mires hacia atrás

Yo te estaré mirando desde cualquier rincón
como un duende
como un desasosiego
como un presentimiento
como una sombra rápida que cruza la ventana.

*

Sólo una Diosa es Antes y es Después
Sólo una Diosa sobrevive al Desastre
Y ella está con nosotros.

*

Me mordió con su diente suavísimo el Amor
por la joven concubina
la pequeña paloma
de luminosa risa
la hija de la Gracia
en cuyo nombre enciendo
junto a mi corazón
esta violeta blanca.

*

Recuerdo su perfume su piel
su cabello mojado por la lluvia amorosa
y lo siento llegar:
como Zeus ante Europa
en mi cuerpo se está forjando un toro.

*

El vino de sus pechos purificó mis manos
El de su lengua enrojeció
-todavía más-
mi corazón.

*

Amada concubina:
¿me amarás en uno en tres
en nueve en veintisiete años?

No lo sé

Pero he amado tu cuerpo en Primavera
y basta.

*

Regálame tu larga cabellera
mi joven concubina
Déjame verla ondeando con el viento
Envuélveme con ella
Óyeme bajo ella decir cuánto te amo

Te amo tanto así
pero quiero saber si con tu cabellera
crece también mi amor

¿Por qué quiero jugar con el Abismo?

Sólo la Luna sabe.

*

El año en que naciste yo era un joven.
Tenía quince años:
soñaba con muchachos como tú.

*

Mil kilómetros separan nuestros cuerpos
Ahora justo ahora que vemos los dos
en este mismo instante
la misma Diosa Luna
a la que amamos con un único amor.

*

No tengo imagen tuya:
mi Imaginación es tuya.

*

En tu frente en tus mejillas
en tus ojos en tu cabello
deposité con besos mi ternura

En tu boca no: en tu boca
sólo el salvaje Deseo el loco amor.

*

Te amo tanto que no me importa si tú me amas a mí.

Pero me amas, oh Fortuna
¡Me amas!

*

Ah, el Amor en el sueño. Cómo crece, cómo acentúa su gloria, cómo se magnifica. Yo soñaba con una concubina de risa deliciosa, de boca fresca, pechos a la medida de mi Amor y muslos del tamaño del ardiente deseo.
Despierto
Y aquí estás sonriendo.
Oh mi Luna creciente.

*

Es cierto: yo adoro a una Diosa que no se sacia nunca. Ahora habita en tu cuerpo y - aunque es imposible- me gustaría que en ti se quedara para siempre.

*

¿La joven concubina recuerda mis palabras, el tono de mi voz, el tacto de mis manos en sus redondas nalgas, el sabor de mis besos, mis más dulces miradas? ¿Se estremece, suspira, sonríe tiernamente, llora a veces?

Sólo la Luna sabe

*

¡Cómo luchamos contra el Sueño para estar juntos un corto tiempo más! Pero el Sueño venció para nuestra fortuna, pues, como un dios bondadoso, nos hizo estar más juntos bajo su mano amante.

*

Gracias, oh Dios, por los pies de mi joven concubina. Gracias por sus piernas y sus muslos; mas, sobre todo, gracias por la divina perfección de la pequeña plaza de su vientre, donde su ombligo luce con tal delicadeza que compite con el triángulo amado de crespo vello renegrido, donde ahora hundo mi rostro en busca de una perla para ti.

*

He visto aparecer el sol desde tu cuerpo, tras una noche en vela junto a tu desnudez, en compañía de la Luna y las ardientes constelaciones. ¿Por qué, entonces, estas lágrimas inexplicables?

*

Digo con Li Tai-pe:
La nueva amada
es fascinada como una flor
mas la antigua
es tan preciosa como el jade

¿Uno qué puede hacer
sino besar la flor
acariciar el jade
y adorar a la Diosa?

"El oficio de arder" 1982 - 1997

 

 

Cartas desde Bonampak

                                                              Para Balam, mi hijo

1
Llueve.

Llueve desde hace días.

Hoy desperté con una sensación de tibia soledad.

Desde mi hamaca escucho el chasquido parejo de la lluvia.

Días atrás los chicleros mataron un gran tigre: me dolió, pero
me gustaría llevarme la piel para que en ella duermas.

Ayer salí a caminar bajo la lluvia en ruinas: algún día estaremos
paseando entre estos árboles, contemplando estas piedras.

La lluvia hace sentir un aire tembloroso que llega hasta los huesos,
y se va por segundos y regresa, más callado que antes todavía.

Doy gracias a la lluvia. Gracias a la mañana que avanza con paso sigiloso.
Gracias al jaguar que dejó su huella sobre la tierra blanda de la selva.
Gracias a mi hamaca compañera, al cielo desatado, a mi memoria niña de siete meses
que arranca desde tu primer día.

2
Viene la noche pariendo niebla
Soplando lenguas de líquido dolor

Viene la lluvia pasos de tigrillo
Viene la noche tapir ciego
Viene el hambre puma grande
Viene mi hijo sonrisa de la selva
Fruto silvestre Tempestad de alegría

Mi hijo viene guacamaya
Viene mi hijo quetzal
Viene el tigre niño
Viene Balam Balam Balam

Se alegra y se retira la noche nauyaca

Atrás viene la gran Luna
con pasos de tortuga.

"Ojo de jaguar" 1982 - 1982

 

 

Cielo y tierra

                        Y las aguas de Arriba amaron a las de Abajo
                                        y eran las aguas de Abajo femeninas
                                                       y las de Arriba masculinas...


¿Has oído, amada?

Tú eres la Tierra y yo soy el Cielo
Tú eres el lecho de los ríos y el asiento del mar
y el continente de las aguas dulces
y el origen de las plantas
y de los tiernos o duros o feroces animales
de pluma o pelo o sin pluma ni pelo

Yo soy la lluvia que te fertiliza

En ti se cuecen las flores y los frutos
y en mi el poder de fecundar

¿Has oído, amada?

Nuestro lecho es el Universo que nos contiene

¿Has oído bien?

Tú eres la Tierra y yo soy el Cielo
Y mi amor se derrama sobre ti como la lluvia
o como una cascada que cae del sol
rompiendo entre nubes como entre peñascos
y entre los colores del arco iris y entre las alas de los ángeles
como entre las ramas espesas de una vegetación inverosímil

Tú eres la Tierra y yo soy el Cielo

¿No lo escuchas?

Y aunque digas que sí
tal parece que no porque ahora Tierra
cabalgas sobre mí (en el lecho que es el Universo)
y eres tú el Cielo y tu amor se derrama sobre el mío
como una lluvia fina

Y yo era la Tierra hasta hace unos instantes pero ya no lo sé
porque hemos girado y descansamos sobre nuestro costado
y los dos somos Tierra durante unos minutos deleitosos

Y ahora estoy de pie con los pies en la tierra y los ojos en el cielo
y tú no eres ni Tierra ni Cielo porque te hago girar
con los muslos unidos ferozmente a mi cintura
y eres el ecuador o yo soy el planeta Saturno
y tú eres los anillos que aprendimos en la escuela
y giras

Y ahora somos Cielo los dos y volamos
elevándonos más allá del Universo

Y en lo más alto del vuelo algo estalla en nosotros y caemos
vencidos por la fuerza de nuestro propio ecuador que se ha quebrado
Pero seguimos siendo Cielo aunque yazgamos en tierra

Derrumbados en tierra pero Cielo

Tierra revuelta y dulce pero Cielo

Cielo vencido cielo revolcado pero Tierra

 

 

Círculo de calma

Con un callado golpe de alas negras
se mete al pensamiento

Después arropa con su aliento tibio
Nos rasca la cabeza con amorosas manos
Nos tiende brazos cálidos sobre la cama dura

Es cuestión de dormir
Entrar al sueño con el pie derecho
Palpar los muslos de agua o de ceniza
de esta amiga reciente                sin rencor y sin miedo

Y sin ninguna prisa.

*

Es cosa de comer          amar            dormir

Es el diario latir de lo imprevisto
La ciega interrupción
La faz de piedra de la vida monótona
                                                                 vacía
Es la mujer que amamos tan odiada
Tan paloma tan vista tan sentida
Tan tigre tan serpiente tan  sin vida
Tan perra tan maldita
                                       tan deseada.

*
Es la mujer pasándonos encima
como nos pasa el mar

Como pasa ese viento:
ese ínfimo huracán por los cabellos

Cómo pasa
                    con callado temblor
por las tímidas canas de los veintinueve años
o por la voz de plata de Celina

Animal terco
A diario nos retuerce
el tierno cuello de cada palabra.

*

Se duerme            Se ama            Bebes tu llanto o tu hambre
Entramos puntualmente al catafalco del día
A vanzamos a tientas
                                      con el tacto vendado
Corriendo siempre
Sabiendo oscuramente que un instante cualquiera
surgirá
como a veces un charco a nuestro paso
la línea de la muerte:
un barco transparente donde no viaja nadie
un círculo de calma que te envuelve
una piedra de sombra en medio de la frente.

"Ciudad bajo el relámpago" 1983

 

 


Como una lenta piedra

La noche y sus lamentos
El rumor sordo de su respiración
No sé qué sangre fluye bajo el piso de la ciudad

Una imagen de mí como una lenta piedra
llega de las finales marejadas del día
de las horas quemadas por el sol
Viene del horizonte
De la línea dolida de la sombra
De las cenizas recientes del pasado
Del fondo de esta noche

En estos días he visto tantas cosas de mí
Me he aprendido en tu voz
En el atrevimiento de tus manos
En tu cuerpo arrojado al reposo después de la tormenta
reflejándome          oyéndome

Te recuerdo de pie frente al espejo tocada apenas por la luz
Llenos de ti mis ojos             Mis manos insaciables
El húmedo cabello derramado en el lecho
Tus hombros salpicados por la sombra
La lengua de la luz en tus caderas blancas

                Al fino talle prendo garras dulces
                Mis brazos de hacen alas y te envuelven
                Hundo sobre la alfombra cascos de minotauro
                Embisto
                              Rasgo
                                         Aúllo
                                                   Me despeño

                 Soy agua derramada sobre ti
                 Soy la más tibia lengua
                 El río más tierno
                 Agua.

*

Ahora quiero gritar
Contárselo a mi sombra

Pero no
Hay ojos que vigilan
Cada ventana es una luz
La luz construye sombras
Oh amante
                   Sangre mía
¿A quién decirlo ahora?

Piedras descenderán sobre nosotros

Pero habrá que decírselo al frío y a mis manos
al perro y al silencio
Porque de otra manera
tanta felicidad me va a estallar adentro.

"El Oficio de Arder" 1982 - 1997

 

Desde el más personal de todos los silencios...

Desde el más personal de todos los silencios
tu vestido desciende
                                     para aclarar el mundo

Cubres de sol mi piel
Propagas en mis muslos el motín de la carne

Mis párpados se cierran
Siento tu tacto hundiéndose
Buscando suaves luces
                                         piel adentro.

"Música solar" 1984

 

 

Después te dormirás...

Después te dormirás
                                     Bajo tus ojos se dormirá el sueño

La piel no duerme nunca
                                         Me mantiene despierto
Por eso no quiero ver tus labios
                                                      en silencio
                                                                       dormidos

Quisiera despertarte
                                    Traspasar la delgada película del sueño
Habla
            Que todo viva
                                      No quiero más este apagado grito.

"Música solar" 1984

 

 

El regreso

Las tres de la mañana

El invierno planea
entre girones densos de la noche
y los pies trashumantes de la niebla

Las ráfagas que vienen de sus alas
zumban entre las ramas:
congelan el rocío en las ventanas

Afuera todo es frío

Pero yo vengo de tu cuerpo
Y estoy alegre
reposado
tibio.

*

Por las calles vacías sigo tu auto

La madrugada arrastra su cabellera larga

Vengo de estar en ti
Con cada fibra muscular bebí tu cuerpo
Fui por el túnel del deslumbramiento
como el que va cayendo en sueños

Vengo de ahí
De los labios donde una herida roja
bebió la vida en otra

Ahora recorremos las calles somnolientas

Vamos por la ciudad
como si fuera una extensión del lecho.

*

Ante el golpe de luz con que las hiere el auto
las piedras se incorporan         van cerrando la calle

Los árboles arrancan su cuerpo de la sombra

Ahora somos la calma
el reposo del mundo
la oscuridad
El pozo de lo diario.

"Música solar" 1984

 



Elegía frente al río

                                               ...el triste corazón de los humanos.
                                                                                      Percy B. Shelley

Las once de la noche
y el trópico descansa de un combate feroz contra sí mismo

Vuelan nocturnas mariposas torpes
Hiende la luz el agua
Canta un sapo en la sombra que parte en dos la noche:
denso muro de grillos

                                         Y estoy aquí
sin tus libros a mano
Oigo pasar el río
que un kilómetro abajo se junta con el mar

Fluye despacio la memoria:
te conocí bajo el árbol de imágenes
con el que reconstruiste el universo

Pardeaban los sesenta
Se hacía más confusa la confusión de los dieciséis años

Adivino la palabra por tu voz
                                                   de algún modo
Pero sucede que no será posible decírtelo
ni oírte
ni mostrarte jamás mi primer libro

A veces
la vida muestra todo su obsceno resplandor
Entonces
el tiempo es una gota congelada
un golpe suave que nos calla un segundo
y fija con extraño poder la circunstancia

Sucedió hace dos noches
Iba a leer en público
y alguien dijo tu muerte             de repente

Ahí empezó todo esto

Sembrada está en el fondo del oído esa semilla amarga

A orillas de mi voz pienso en Manrique:
oigo el río de Tuxpam que un kilómetro abajo se junta con el mar

El trópico descansa

Entra Raúl Garduño al pensamiento

Adviene la palabra
Muerde el tiempo:
                                las once de la noche
                                                                     para siempre.

"Música solar" 1984

 


Eres de agua...

Eres de agua
                        En ti
                                la claridad
a golpe de sí misma
                                  se oscurece

De agua
               Lo supe siempre

Eres de agua
                         Profunda
Transparente.

"Música solar" 1984

 

 

 

Este cuaderno pesa...

Este cuaderno pesa
Es pura luz
                    Es pura sombra:
es mi sangre total cargada de sentido.
Escribo este desorden

"Cuadernos contra el ángel" 1987

 


 

Fin de fiesta

Esto empezó con besos
Ahora es un rosario infinito de dolores
y sordos y llagados lamentos

Alacranes en doble dirección
fluyen
cuando los labios quieren acercarse
de nuevo.

*

Miro a la bestia sonreír
resbalosamente

De su hocico fluyen palabras negras:
se transforman al contacto del aire
en gotas de una rarísima baba purulenta
que caen
               y corroen la madera del piso.

"Ciudad bajo el relámpago" 1983


 

Fuego en voz alta para encender la primavera

Vibro
            Estoy cantando
Ilumino la oscuridad cantando
De la fruta ligeramente amarga del corazón
se levantan delgadas capas de una suave corteza
Capas ligeras como el aroma que se desprende bajo el sol
de un paquete compacto de grandes hojas de tabaco

Estoy cantando
Me descubro extendiendo mi voz como la piel de un animal
que se pone al sereno llena de sal y estacas
estirada en la noche como una mancha

Estoy cantando
Voy extendiendo la noche como una piel enorme
y clavo las estacas de mi canto en la piel de la noche
y la cubro de sal con la sal de mi canto
y la pongo a secar con el calor pálido de la Luna
bajo el temblor de las estrellas

Abro la noche en dos
afilo las estacas doradas de mi canto
parto su corazón luminoso
y lanzo la blanca sal de mi palabra
sobre la piel recién desollada de la noche
y la pongo a secar con las estrellas pálidas

Abro en dos cada estrella
y de su corazón cercenado por la estaca feroz de mi palabra
brota mi canto para regar de polvo estelar mi corazón sombrío
y parto en dos mi corazón sombrío
y en mi mano sólo brilla una estrella alargada
y en el fondo de mi sombrío corazón sólo hay polvo de estrellas
que cae sobre la piel recién cortada de la Medianoche
que se extiende clavada contra un cielo vacío
donde sólo hay un canto como sal derramándose

Estoy aquí        Oigo las cosas crepitar bajo un incendio
                                                                                subterráneo
Me persigue cada ínfimo sonido de la noche cada rama delgada
cada crujido leve de la hojarasca

Cantando
he hundido mi mano hasta el fondo de mi sombrío corazón
y no sangre
                     y no dolor
sólo mi mano resplandeciendo de polvo estelar vibra bajo la noche

Y estoy cantando
Y estoy ardiendo
Y hay un enjambre luminoso en mi palabra negra

Yo soy la lengua de la noche
Soy sus negros pulmones
Y canto
Y ardo
Y me desprendo en capas sucesivas
en delgadas cortezas de mí mismo
como el aroma de las hojas compactas de tabaco
bajo la mano bienhechora del sol

Ah pero la noche hizo fogatas bajo las construcciones
Y hay hombres calentando sus manos junto a las fogatas
Y los hombres tiemblan de frío y repiten entre dientes mi canto
y una fogata interna los calienta y humean
y se desprenden de sí mismos cantando
como en delgadas capas como en cortezas sucesivas

Y en las casas hay madres preocupadas agitando termómetros
que vigilan la fiebre de sus hijos

Y hay hijos convalecientes que agradecen
                                                       con la flor débil de su risa
los labios de las madres sobre su frente febril
Y los niños febriles y las madres cansadas
cantan entre dientes conmigo
                                                       Y la luz los arropa
Y hay un enamorado con los ojos llenos de noche
que prepara una soga
y hay un adolescente arrodillado frente a un arma pequeña
y hay una joven fea preparando somníferos
y una muchacha hermosa preparando veneno
y desde la ceniza de su amor quebrantado
asoma poco a poco mi canción
y sube a su garganta
y mueve con dificultad sus mandíbulas tensas
y entre dientes repiten mi canto
y una sonrisa cada vez menos triste va naciendo en sus ojos
y el Orgullo comienza a crecerles por dentro como una rama tierna

Canto
Y mientras canto la Noche se desliza por el tren subterráneo
donde los hombres danzan una danza lentísima
con los brazos en alto sujetando quién sabe qué Seguridad inútil
con los ojos vacíos
o llenos hasta el borde de un material vacío
o mirando al vacío y reflejándolo en el espejo tibio de sus ojos
Danzando apenas con un ademán ciego y detenido en el aire
y sus piernas valsando un ritmo cada vez más ruinoso
a medida que el tren comienza a detenerse para entrar
                                                                         en la próxima estación

Y las manos
otra vez empuñando con desesperación ese poco de Seguridad
mientras beben el aire narcótico y la noche del túnel se alarga
                                                                                         nuevamente
con un temblor que vibra bajo la danza insomne
de los hombres que avanzan con los ojos abiertos
hacia un futuro pequeño

Y yo canto
mientras la noche y su billón de pies danzando muellemente
sobre el tren subterráneo
les da a los hombres un espejo sucio donde ellos sólo miran
                                                                                                 el vacío

Pero todos los hombres cantan de pronto conmigo
y el cielo vuelve a descansar sobre sus rostros con sueño
Y sueltan la seguridad
                                          y flotan
y van a la salida invitando
mientras la noche teje un alba lentísima
Cantemos todos ahora
Sumerjamos nuestras manos en el polen oscuro de la noche
Hundamos nuestras manos hasta el fondo del corazón sombrío
Veamos nuestras manos iluminadas por el polvo estelar
Lavemos nuestras manos en el agua celeste

Con la mano derecha
hagan más grande la concha de su iodo:
mi canto llega más allá de la estrella polar
porque de más allá viene mi canto.

"Música lunar" 1991

 

 


Inundación

El río trajo troncos y lúbricos helechos:
la creciente mantuvo mi memoria anegada.
La inundación es gris. La niebla húmeda nada
entre ruinas y patos y lúgubres desechos.

Mundos rotos, barcazas, heridas en el pecho
del río, y un olor como a selva concentrada;
un hedor incipiente y una aguda parvada
de gritos en la cumbre del paisaje maltrecho.

Tiembla un dolor de siglos en las aguas impuras
que arrancaron raíces y carcomieron tumbas
que ahogaron yeguas, potros, jardines y espesuras.

Hay un salmo en el viento y un soplo de amargura
y donde antes fluía el licor de las rumbas
sólo queda el gemido donde el aire supura.



 

 

Mujer

Viajar en ti
quiere decir quedarse

"Avellanas" 1997

 

 


Nacimiento del potro

El potro negro del deseo
Ancho      Impaciente      Sudoroso
                                                            viene

Sus cascos firmes quiebran la hojarasca
La hierba tierna tiembla y se marchita
con la caricia humeante de sus belfos
                                        
                                           Rompe el follaje
Avanza

             En sus ojos se encabrita el fulgor:
un potro salvaje.

*

Primero es la mirada      lento río
Superficie pulida sobre aguas turbulentas
que arrastran ramas      troncos       flores ahogadas      lodo
La luna pez brillante sobre la calle larga

Otra vez la mirada

Me hundí en aguas donde peces terribles esperaban.

*

La tentación es la fruta más limpia
Despierta como la piel de las adolescentes
Enloquecida como un ángel loco
Como un demonio que se ríe y se burla
y se pone a llorar de pronto con las manos en llamas
y se rebela y grita
mientras el eco de su carcajada
resuena y marca el tiempo      el tiempo       el tiempo

"El Oficio de Arder" 1982 - 1997

 

 

Pasan los días...

Pasan los días
El vidrio de la luz se desvanece
No hay espejo capaz de verle el polvo
No hay ojo que lo pesque entrando en la otra orilla
filtrándose en la sombra

Pasan los días
Se entume el dedo      el lápiz        el verbo        la memoria
Piedra redonda      dura      el pensamiento
Esfera de vacío la palabra

Pasan los días

¿Qué hice ayer?
                            ¿Dónde estuve?

Y este olor             Esta mano
Este grito atorado en la garganta
como una nuez amarga.

"Ciudad bajo el relámpago" 1983

 

 

Pero yaces ahí...

Pero yaces ahí      un poco más allá de mi piel      y no te veo:
me tocan
                 con ligero aletear
                                                tus movimientos

Sé de tus labios blandos
Sé del pensar solemne de tu respiración
y de la tibia caricia solar bajo tus dedos

Estoy aquí
                    y no sé dónde comienza el frío
No sé si viene de los tejados negros
Si nace de la luz bajo la puerta
o de la claridad que la ventana no detiene

No sé si existe en realidad la música
o son ciertas las voces que recorren la calle

Pero todo está ahí:
la niebla gris vagando por San Diego       por la Isla y la
                                                                            Almolonga
por el Arco del Carmen oscuramente antigua

Pero tú estás aquí       tan cerca de estos labios de pronto
                                                                           enmudecidos

Y te amo
                 Amo el escándalo oscuro de tu cabello
La desolación pensativa de tu frente
Viajo despacio por tu rostro
                                                  Vago por tus labios
Voy por la plenitud fértil de tu cuello
Amo tu carne que alimenta mis brazos
tus muslos por donde mi deseo navega
la forma hundida de tu piel bajo el vagabundear abandonado
                                                                              de mis dedos

                            (Qué más deseo entonces         Por qué no
                                                                               estoy tranquilo
                             Qué torpe eternidad estoy buscando)

Regreso             Estoy de nuevo errando por tu rostro
En cada retirada de las sombras
En los milímetros que el sol recorre borrando la penumbra

Afuera
             la niebla se deshace en los brazos del día
Bajo el balcón crece la sombra indígena que vende
Surgen voces más claras
                                           Ruidos
                                                        Rumor del vecindario que
                                                                                        despierta

Te vas entonces con la niebla
Desapareces por la hilera de cerros que bajan a Palenque
Hacia los grandes ríos
Hacia la lejanía entrañable de las imágenes.

Ciudad Real de Chiapas, diciembre de 1973

"Música solar" 1984

 

 

Quema        Pulsa      Tiembla

Quema
               Pulsa
                         Tiembla

Vibran
             la carne que se yergue
y la que ciñe
                      envuelve
                                      carnemente.

"Música solar" 1984

 

 

Si tuviera un amigo...

Si tuviera un amigo
o un hermano mayor con la mirada dulce
o un padre con la mano sobre mi hombro
o una madre tocándome la frente
le diría que es tarde             que ha llovido
y que estuve abrazando a una mujer (su llanto ardía)
y nos dolía la noche porque estábamos juntos
pero yo me había ido
     
           (Mi caudaloso amor: este páramo seco
           este cauce polvoso de un río que murió soñando sauces
           estuvo aquí         total            completo
                                                                         Pero un día cambió
Se tornó un arroyuelo cálido que recorría la casa
Me seguía      silencioso o maullando como un pequeño gato triste
Escuchábamos jazz
Leíamos poemas entrañables mientras ella volvía

Yo la esperé junto a una fuente turbia
Hasta el hastío más hondo
Hasta el zumbar de moscas en el espejo de agua
Hasta escupir la fiebre

Primero fue el tizón del horizonte
El cráneo a punto de estallar del que lo duda todo
Después la noche y su cerrado enjambre de insectos
         derribándome

         Mis ojos fueron nido de su veneno negro
         Fui su prisión          su casa        fui su invadido continente

El río de otro tiempo reptaba en mi interior como canción amarga

¿A qué dolerse ahora?
El río sólo sigue la dirección del cauce
El tiempo pasa
                           El fuego quema
La quietud se adueñó de todos los objetos
y los hizo silencio         piedra seca           silueta solamente

Las fauces de la noche triturarán mis fémures
Me alcanzará el incendio de los días
Me convertiré en humo          en polvo           en nada
              En sombra de la nada

¿A qué dolerse ahora?
Cuerpos de sal                Agua del tiempo
Sal que en el agua se disuelve
                                                     somos.

"Música solar" 1984

 

 

Te contemplo desnuda...

Te contemplo desnuda
                                        Soy
                                              un cuchillo redondo
                                                                                que te apunta.

Se iluminan los cuadros           Los más lejanos soles resplandecen:
tus muslos      lentos       se abren.

No existe un solo pensamiento
                                                      Sólo la claridad que nos habita
La decidida vocación del pedernal
                                                        que a embates repetidos
quemó la historia
                                 con su llama.

"Música solar" 1984
  

 

 


Tú me conoces ya como la palma de la mano...

Tú me conoces ya como la palma de tu mano
Soy esta acumulación lenta de imágenes
este puño de tierra húmeda en que palpita un breve  corazón
                                                                            de oro limpio

Tú me conoces
                         Soy un poco de sombra herida por un alambre
                                                                                                   tenso

Soy mis sentidos como un pozo en que la luz desciende
La luz es un panal que gotea sol
un sol que gotea luz
un árbol derramando su follaje cuajado de sentidos como un ave
                                                                                           sus plumas
Digo "tú me conoces"
y algo más grande que mi cuerpo me envuelve en una manta tibia

Digo "tú me conoces"
y una pluma brillante de pavo real desliza su silencio sobre mi piel
                                                                                                  desnuda.

En mi sangre navega un río de palomas
En mi sangre navega un río de palabras
En mi sangre navega tu voz densa
como un aguacero que ilumina el relámpago

Tú me conoces        A veces
                                              soy un bronco tropel de potros negros
Soy un cuchillo de diamante atravesando el seno de la ternura
Soy un lamento lamido por el mal
Soy el sol de la dicha derramado en tu piel
Soy un largo torrente de terrores
Soy un alado escalofrío en la columna vertebral del diablo
Soy la guanábana goteando en la boca reseca de la Sed
Soy la lanza en el hombro de este verso

                    (Me sabe a verso el beso de la mujer que amo
                    Me sabe a verso el vaso en que me bebo
                    Me sabe a verso el vicio de mi vaso
                    Me sabe a vicio el vaso en que buceo)

Vuela en el espejismo de la tarde soleada una ligera sal
un leve olor marino:
                              un aliento marino me atrofia la garganta.
Sale un alarido alargándose hasta el hastío
Por mis manos escapa el estilete del verso
Por mis manos escupe la poesía su espumarajo negro

Un aliento marino me levanta
Aletea en mi olfato             Tensa mi piel
Pone alas en la ola

En las islas flotantes de los lirios hace su nido el sol de la blancura
Tú me conoces:
                           sólo el lirio es capaz de ahogar el agua
Tú me conoces
Soy la feliz fatiga de mi fruto
Amo y amo y amo
y el alma se adelgaza hasta la flama
Amo y amo
                    hasta que el alma lame lumbre
y amo
           hasta el alma del hambre
                   hasta que el alma alumbre
                          hasta que el alma herrumbre
                                los alambres del hombre.

"Cuadernos contra el ángel" 1987

 

 

Uno ama     Es amado...

Uno ama          Es amado              Saca rosas rojísimas de la piedra
                                                                                     más negra
Vive     -en resumen-     Ríe           Cultiva su jardín en las tinieblas
Uno no necesita más que tiempo quemándose a su paso como
                                                                               una hoguera suave
Marchando           pues              al ritmo de la sangre
sobre las tardes tibias y empedradas

Pero un día conoce la temperatura del Deseo:
Una la ama toda la tarde bajo la tempestad
       Un día sus labios queman con dulcísimo sol el hombro de uno
            Una noche la sueña: cruza con ella ríos inesperados

Uno ya no es el mismo
       mira su rostro en el espejo redondo de su vino
                en el espejo donde uno se disuelve

Se hace pequeño el mundo

Ya no le alcanza el aire
                                        el día
                                                   la luna de antes

Uno despierta un día sobre el lecho de siempre y se encuentra
                                                                                            más solo
Uno se pone triste de repente
Uno se ve las manos en la luz: algo les falta
Uno siente sus brazos vacíos          su hombro sin peso

             Uno quiere de pronto tener alas

             Uno no está con uno en ningún lado

             Uno
                    ya
                        es
                            Otro.

"Cuadernos contra el ángel" 1987

 

 

Visión superficial de los escombros

1
Por las calles un ritmo de fantasmas
Un mundo de siluetas

La noche es esta erguida pasión de los escombros

Se fue la luz
                     Se perdió la ciudad
Es otra dimensión la de su estar a ciegas

Se mete en los pulmones la negrura

(Hubo una vez la luna blanqueando la memoria).

2
El blues arrastra la mañana y las hojas

Todo se ha caído de su sitio

El día se salió de su dorado camarín
y se hundió en la neblina

                      Llega el blues con sus pasos de jaguar
                      a olisquear en mi cuerpo su próximo banquete.


3
Amanece
Ha comenzado a arder el corazón del día

Tensa sus poderosos músculos
Ruge con qué terrible fuerza
Ventea la dirección de la desgracia
y se echa a andar

Cenizas humeantes bajo su planta           Olfatos de un
                                                                          amargo manjar
                         
                          Lame el monstruo su desamor
                          crimen tras crimen

Cada noche
el sueño que la enjaula fortalece sus músculos
Afila sus colmillos y sus garras

Cruza el umbral del sueño

Atrás
           despedazada
                                   queda la jaula.

"Ciudad bajo el relámpago" 1983

 

 

Yo te beso...

Yo te beso
Frente a la destrucción y el aire sucio
                                                                   te beso
En el estruendo de los automóviles
                                                             -la migraña del día-
te beso
En el festín de los ladrones
En el pozo de los iracundos
Ante el cuchillo de los asesinos
Ante la baba fóbica de los intolerantes
Frente a la sangre agusanada de los corruptos
Frente a la mansedumbre
Frente a la podredumbre
Frente a la muchedumbre
Yo te beso de frente
Y el día empieza a caminar
                                              con la frente muy alta.

"Cuadernos contra el ángel" 1987

 

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